Nyarlathotep, también conocido como el Caos reptante, es un dios primordial concebido por el escritor Howard Phillips Lovecraft. Apareciendo en numerosas historias, se le describe como un enorme pólipo con un largo tentáculo rojo que puede tomar diversas formas según sea necesario. Uno de los pocos dioses lovecraftianos que puede actuar libremente, Nyarlathotep se comporta de manera más parecida a la de los humanos en comparación con otros seres. Conocido por ofrecer servicios útiles a sus siervos humanos, tiene sus propias metas y manipula a los humanos para lograrlas, a menudo causando locura y sufrimiento en lugar de simple destrucción.

Como emisario de los Dioses Exteriores y siervo de Azathoth, Nyarlathotep puede llevar a cabo al instante cualquier pedido de Azathoth. Capaz de aparecer en una gran cantidad de diferentes avatares, sus formas son innumerables y variadas, lo que hace imposible enumerarlas todas. Uno de sus avatares, conocido como el Faraón Negro, se asemeja a un faraón egipcio, inspirando asombro y miedo en aquellos que lo encuentran.

Inspirado por un sueño de Lovecraft, Nyarlathotep es representado como una figura alta y oscura similar a un faraón egipcio. Reuniendo seguidores a través de milagros y extraños dispositivos, aquellos que siguen a Nyarlathotep pierden contacto con la realidad, cayendo bajo su hechizo. Algunos sugieren que Nikola Tesla sirvió de inspiración para esta enigmática figura, con sus cautivadoras demostraciones públicas de maravillas científicas. A pesar de aparecer en solo unas pocas obras de Lovecraft, Nyarlathotep es uno de los dioses más recurrentes en sus escritos.

Como uno de los pocos dioses en el Mitos capaz de actuar independientemente, el comportamiento de Nyarlathotep destaca entre sus pares. En lugar de una destrucción sin sentido, él disfruta causando miedo, locura y sufrimiento entre los mortales, a menudo interactuando con ellos para cumplir sus retorcidos deseos a través del engaño. Sirviendo como mensajero de los Dioses Exteriores y la mano derecha de Azathoth, Nyarlathotep navega su posición para infundir miedo y respeto en el cosmos, ganándose el apodo de "el de los mil rostros". Con innumerables avatares a su disposición, la presencia de Nyarlathotep es impredecible y aterradora, encarnando el caos y la intriga dondequiera que vaya.